El
martes 1ero. De febrero, fue puesto en capilla Matamoros y fue fusilado el 3 de
febrero, en la mañana de ese día, la caballería realista, cubrió las entradas
de la ciudad, colocando retenes en las garitas y avanzadas en los caminos, en
previsión de que los insurgentes, quisieran hacer alguna intentona para salvar
a Matamoros…; a la vez que la infantería formaba el cuadro, en la plaza
principal, donde debía verificarse la ejecución; la artillería cubría las
bocacalles, a que daban acceso a la plaza, colocando en cada una de ellas un
cañón cargado con metralla y los artilleros con la mecha encendida, listos para hacer fuego a la primera manifestación de simpatía que el pueblo hiciera a favor del reo.
La fuerza que custodiaba la plaza se
componía de tres mil hombres, inclusa la artillería y una compañía de cien
infantes que al mando del fiscal de la causa, Capitán Alejandro Arana, y así se
formó el cuadro para la ejecución.
Sirvió de patíbulo un tablado
improvisado, de seis varas en cuadro, que se levantó junto a una de las
columnas del Portal del Santo Ecce Homo; el cadalso estaba totalmente cubierto
por paños negros y en el centro, pegado a la pilastra del Portal, estaba el pie
de gallo que debía ocupar el reo para recibir la muerte.
Pocos momentos después de haber
llegado a la prisión, el Capitán Arana con su escolta, apareció Matamoros en la
puerta, acompañado de su confesor y de otro Sacerdote y…tan luego como piso la
calle, se quitó los zapatos y marcho descalzo al Patíbulo; pero en lugar de que
sus verdugos lo condujeran calle recta al lugar del cadalso, del que distaba
unas dos cuadras hacía el sur, lo hicieron caminar rumbo al este, por las
calles de la Amargura y Reloj, siguiendo por la de Estudiante y la Aduana y doblando
a la derecha, pasó por el frente del Portal de la nevería –Hoy Portal Iturbide-;dejando a su izquierda el Atrio de la Catedral, penetro a la plaza y atravesó para
llegar al lugar del suplicio.
Matamoros
desde que salió de la prisión, marcho con paso seguro y continente altivo, y
rezando en voz alta y serena el Miserere; en el trayecto de las calles de la
Amargura y Reloj se reconcilio tres veces, para lo cual se arrimaba contra la
pared con su Confesor y los soldados iban
retirando a la multitud, al llegar al cadalso, subió con pie firme y fue a colocarse en el pie de gallo, sin dejar, ni por un momento de recitar el miserere.

Redactor: Dr. José Luis
Pasquali Sánchez